martes, 24 de marzo de 2009

Tenía el don de la persuasión y sabía inspirar confianza a los demás. A estas cualidades se deben en gran parte, los asombrosos triunfos que obtuvo en circunstancias tan difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su temple de alma se habría desalentado. Genio creador por excelencia, sacaba recursos de la nada. Grande siempre, éralo en mayor grado en la adversidad. “Bolívar derrotado era más temible que vencedor”, decían sus enemigos. Los reveses le hacían superior a sí mismo.En el despacho de los negocios civiles, que nunca descuidó, ni aún en campaña, era tan hábil y tan listo como en los demás actos de su vida. Meciéndose en la hamaca o paseándose, las más veces a largos pasos, pues su natural inquietud no se avenía con el reposo; con los brazos cruzados, o asido el cuello de la casaca con la mano izquierda y el índice de la derecha sobre el labio superior, oía a su secretario leer la correspondencia oficial y el sinnúmero de memoriales y cartas particulares que le dirigían.Leía mucho, a pesar del poco tiempo que sus ocupaciones le dejaban para la lectura. Escribía muy poco de su puño, sólo a los miembros de su familia o a algún amigo íntimo; pero al firmar lo que dictaba, casi siempre agregaba uno o dos renglones de su letra.Hablaba y escribía francés correctamente, e italiano con bastante perfección; de inglés sabía poco, apenas lo suficiente para entender lo que leía. Conocía a fondo los clásicos griegos y latinos, que había estudiado, y los leía siempre con gusto en las buenas traducciones francesas.Los ataques que la prensa dirigía contra él, le impresionaban en sumo grado y la calumnia le irritaba. Hombre público por más de veinte años, su naturaleza sensible no pudo nunca vencer esta susceptibilidad poco común en hombres colocados en puestos eminentes”

2 comentarios:

LAS NOTICIAS MILITARES DE RUSIA dijo...

era en verdad un ser fuera de este mundo! exepcional! adelantado a su epoca!

Javier Rivera dijo...

Hombre sabio de gran valía, pionero de la libertad Latinoaméricana, señor en La Paz y diablo en la guerra, con unos cuantos hombres así se cambiaría el rumbo de Ecuador